Hace unos meses que leo la edición digital del diario El País de España. Disfruto leer las columnas de Antonio Caño, aunque nada se sobre su inclinación política y, mucho menos, sobre la posición que tiene el matutino en general. Pero, de cualquier modo, sus notas son de mi agrado y, en principio, no creo que sea relevante pensar en ello.
Prometedora la columna de ayer titulada: Estados Unidos ya ha perdido. Sin embargo, no estoy de acuerdo con su contenido y me gustaría reflexionar un poco en cuanto a las razones de esto.
Ayer comentaba que el país del norte iba a llegar a un acuerdo que pondría fin al problema de la deuda, al menos hasta fin de año. El problema es la forma en que se llevaría a cabo dicho acuerdo entre Demócratas y Republicanos. Me ilusioné al pensar que la columna reflejaría, con ese buen título – aunque algo trillado -, la sensación que pueden sentir ambos partidos al suponer una pérdida de poder en un eventual acuerdo. Todos coinciden que esto puede suponer un punto de inflexión para ambos partidos. Uno saldrá “ganando” con el acuerdo y verá incrementado (quizás artificialmente) su poder, mientras que el otro, sufrirá el acuerdo como una verdadera pérdida trágica.
De todas maneras, egos partidarios de lado, se hace necesaria una solución inminente. Para todo Estados Unidos una solución no sería una victoria; pero no encontrarla, sería un verdadero fracaso.
Antonio comienza con una frase trágica de Obama: “…los inversores en todo el mundo se preguntarán si merece seguir apostando por EE.UU…”. Es cierto que el asunto es delicado pero, conociendo el accionar de los políticos y la política en general, suena más a un juego de “parecer” desesperado que a una verdad absoluta. Nuevamente, mi opinión es que se va a encontrar una solución (si es que mientras escribo estas líneas ya no se encontró) al menos en el corto plazo. De esta forma, y asumiendo que la solución ya estaba planteada de antemano, se hace necesario teatralizar una situación “desesperante” al estilo Shakespeare. Y no está mal que así lo sea porque, en definitiva, la política es así. Un juego de apariencias y engaños, verdades y mentiras.
Aunque el nudo de la columna establezca lo que esperaba del total de ella, el autor reflexiona sobre temas dispares que no creo que hagan a la cuestión de fondo.
La alusión de China y su preocupación por su posición en dólares (en bonos y reservas) no parece correcta. No es cierto, a priori, que China cuestione el papel del dólar o, si lo es, parece no demostrarlo. Me parece más correcta la apreciación de un colega suyo que sostiene que la posibilidad de que el gigante se interese por el salvataje del Euro tiene un tinte interesado políticamente más que desconfianza en el poder del dólar.
Por lo menos, así lo veo yo.
Saludos,
E.-
Economo, me gusta la forma que titulás las notas sobre el límite de deuda: "August 2", da una sensación "September 11" que para llamar la atención está buena. Esperemos que todo quede en la nada, como la crisis de los misiles con Cuba. Abrazo,
ResponderEliminarmartín