miércoles, 31 de agosto de 2011

¿"Almuerzo Gratis" para Chile?

Lindo debate se armó en la BEA. Lo bueno de esto es que existen posiciones contrapuestas, hecho que enriquece el debate para los que somos “observadores con derecho a réplica”.
Esta vez, el intercambio se produce en vistas al modelo educativo chileno, los reclamos y la gratuidad.
El objetivo del post es doble: Por un lado, tratar de entender las opiniones contrapuestas realizando un pequeño aporte a la causa y, por otro, hacer un pequeño análisis de Milton Friedman.
Comencemos con la aventura.
Por un lado, tenemos al viejo Larry (uno de los precursores de la BEA) que, en el primer párrafo de su excelente post , nos determina su postura.

Cosas como “…Cuando la economía está pujante o recalentada, el economista ortodoxo exige un rápido estrangulamiento de la demanda para enfriar la economía. El heterodoxo exige mayor inversión para expandir la oferta. Es decir, uno se centra en achicar la demanda y el otro en aumentar la oferta, cada uno con sus razones y argumentaciones que no vienen al caso…” determinan claramente la posición del autor, que se evidencia en el desarrollo del post.

En resúmen, Larry cuestiona el núcleo de la educación chilena con, a mi entender, argumentos bastante convincentes. Una de sus genialidades es comparar estudiantes con Free Riders.
Para cerrar su exposición, tenemos:

“…La universidad, permite crecer a todos como persona y al país como sociedad.
Fuerza Chile, esta pelea también la damos día a día en la Argentina…”
 

Hasta ese momento, sólo había seguido el problema por TV y no me había detenido a leer nada relacionado. Sin embargo, el post de Larry me obligó a reflexionar sobre la calidad educativa, la gratuidad y demás menesteres relacionadas a la educación. En un momento voy a aclarar mi visión sobre el tema.

En la vereda de enfrente, encontramos al respetado Martín de Economía Posible que, en un post de ayer, ofreció otro parecer. Martín cuestiona el motivo de reclamo de la educación chilena, donde su genialidad, a mi entender, es aquella solución de mercado de endeudarse para estudiar. Claramente se diferencia con Larry en el sentido de que la educación universitaria, a su entender, no es un derecho básico y elemental. Lo problemático es que su post me pareció bastante convincente también.

“…No creo que la universidad gratuita sea un derecho básico ni elemental (y el ingreso irrestricto me parece muy ineficiente, pero ese es otro tema). Si me parece que quien tenga méritos para estudiar no sea discriminado por el ingreso de su familia, i.e. que si es pobre no pueda seguir una carrera universitaria aunque quisiera…”


Es decir, entré en un intríngulis decisorio bastante complejo. Parte de los argumentos me identifican. De esta forma, voy a tratar de hacer mi pequeño aporte que se vincula con la experiencia de pertenecer a una universidad pública (UBA). En mi estadía, pude ver muchas cosas: Desde alumnos ricos hasta alumnos pobres, desde alumnos aplicados hasta alumnos promedio, desde alumnos “politizados que estudian” hasta alumnos que “sólo van a estudiar”, etc.  Muy a mi pesar, aún me encuentro estudiando. Aunque sólo me falte un materia para recibirme, la carrera de Economía se postergó algunos años por cuestiones personales / laborales (que no vienen al caso). Incluso, durante un tiempo no he ocupado una silla: Varias de las materias de la carrera las he aprobado en condición de libre.  Sin embargo, he visto muchas veces “alumnos” que ingresaron años antes y aún están sentados en las mesas de la rotonda “haciendo política”. Conozco gente que ha estudiado sólo algunas materias y se mantuvo aferrado a ese banquito durante muchos años. Seguramente, no sea representativo (quizás el 1% o el 0,5% de la masa estudiantil de la FCE). Sin embargo, me hace el mismo ruido que el mío al ser, aún, estudiante. Es por eso que mi propuesta es intermedia a la de ellos.
Es necesario controlar el ingreso irrestricto y la permanencia eterna (que, en muchos casos, termina en deserción). Una solución podría ser a la “ecónomo”: No me importa el motivo por el cual te atrasaste pero, de ahora en más, podés meter materias en condición de libre. Reconozco que es una modalidad “interesante”. Por otro lado, no veo nada malo en que se pueda financiar a los alumnos chilenos con préstamos para estudiantes. Como la historia me ha enseñado que toda pelea es política, no me llama la atención que esta protesta sea hecha al actual presidente chileno y no al anterior (aunque la anterior tuvo una protesta de niveles “medios” no universitarios). Pero ese sería otro tema. Quizás se puede discutir la pesada carga que le queda a un estudiante luego de recibirse, pero sería un debate distinto. Como pueden ver, estoy en un intermedio imaginario pero un poquito más cerca que Martín de Economía Posible.
Esto era para pasar un poco en limpio el debate actual.
La segunda parte del post me parece más entretenida y viene a colación de una frase que deslizó Martín que quedó suelta…
“…porque gracias a Milton Friedman sabemos que no hay almuerzos gratis…”.

Esto me pareció una genialidad. Y me gustaría darle un contexto para el que no pueda interpretar correctamente la frase o, directamente, no sepa de lo que se está hablando.
La frase “no hay tal cosa como un almuerzo gratis” se le atribuye al gran Milton Friedman, aunque en realidad no es de su autoría. A modo de advertencia sólo voy a escribir sobre lo relacionado a este tema y no al vasto caudal de material que enriqueció la ciencia económica y social durante muchos años. Es evidente que muchas opiniones pueden ser contrapuestas al punto central de la teoría de Friedman pero es innegable la importancia de su aporte.
En un discurso que dio el economista en el marco de la inauguración de las oficinas principales del CATO en Washington surgió lo siguiente:

“…Y en el mundo económico real, hay un almuerzo gratis, un almuerzo gratis extraordinario, y tal almuerzo gratis son los mercados libres y la propiedad privada…”

La preocupación de Friedman por este tema quedó plasmada en ese discurso.

“…Nosotros, los americanos, somos más ricos hoy de lo que éramos hace 60 años. Pero somos menos libres. Y estamos menos seguros…”


Dicha referencia se refleja en que el principal problema para él no era el económico, sino sociales. De esta forma, es fácil recordar su pensamiento reiterado en diversas ocasiones: Se han transferido recursos privados al gobierno y, mientras que el mercado funciona, el gobierno no. Y eso, para él, es por una razón muy sencilla, llevada a un nivel micro.

“…si uno se gasta su dinero en uno mismo, uno se preocupa mucho de cuanto se gasta, así como de cómo se lo gasta; si uno se gasta su dinero en otros, uno sigue estando muy preocupado de cuanto se gasta, más no tanto en cómo se gasta; si uno se gasta el dinero de otros en uno mismo, uno no está tan preocupado de cuanto se gasta, pero sí muy preocupado de cómo se gasta. Sin embargo, si uno se gasta el dinero de otros en otros terceros, uno casi nunca se preocupa en cuanto se gasta, ni en cómo se gasta…”

Relacionando un poco, el tema educativo tiene un capítulo entero en Liberta de Elegir (en coautoría con Rose Friedman). Pero no se aleja mucho de la concepción anterior.
Personalmente creo, con unas pocas modificaciones, adherir a ese capítulo que pronto voy a postear para debatir.
Saludos a todos,

3 comentarios:

  1. Off, o casi, es increible

    http://en.wikipedia.org/wiki/There_ain%27t_no_such_thing_as_a_free_lunch

    Milton no la invento,

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  2. Es verdad ayj, no la inventó... Pero la popularizó bastante bien... En la conferencia del CATO dice:

    "...Algunas veces se me ha relacionado con el aforismo no hay tal cosa como un almuerzo gratuito, mismo que yo no inventé. Desearía se le prestase más atención a uno que si inventé, y que siento particularmente apropiado para esta ciudad: Nadie gasta el dinero ajeno tan cuidadosamente como gasta el suyo..."

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  3. Ecónomo,
    Gracias por la referencia y los elogios. Aunque no era mi idea cuando escribí el post, me veo, casi obligado, a hablar de la educación en Argentina. La primera reflexión, de índole general, es que existen pocas recetas que se puedan aplicar en todas partes (el sistema educativo de un país no puede copiarse en otro). Yo no cobraría en nuestro país por la educación, salvo para dar incentivos al uso racional de los recusos públicos. Por ejemplo pondría un arancel para quien se anota en una materia y luego se da de baja (porque ocupa un lugar que podría haber ocupado otra persona). Si creo que deberíamos tener un debate serio respecto de un mecanismo de ingreso que ponga una barrera de entrada (examen de ingreso y cupos flexibles). Tras casi treinta años de ingreso irrestricto nos muestran que el sistema no sirve, que hay muchas personas que creen estar al nivel de realizar estudios universitarios y les lleva tiempo descubrir que no es lo suyo. En el proceso se perjudican ellos (que pierden tiempo), y el resto (que recibe una educación de menor calidad). La corto acá. Abrazo,

    martín

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