Free Rider Universitario

Hace un par de semanas me quedé pensando en Larry y su ejemplo de Free Rider. En su post decía:

“…El “Free-Rider” en el Facu No existe.
Sí encontrás gente que no le es fácil estudiar, por un montón de problemas personales que acarrea y que no puede concentrarse. Pero si a ese lo llamas free rider… es pifiarle.
También encontras gente que quiere estudiar y no sabe qué. Más en los primeros años. Y un impuesto, llegado el caso que lo puede pagar, le coartas la posibilidad a que “pruebe” la carrera que más le gusta… pero a eso llamarlo free rider… es pifiarle.
Pero supongamos que el free rider en la facu existe. Aleluya!!! Los Argentinos pierden el tiempo en la facultad y escuchar a un profesor, y no tomando una cerveza o drogándose en la esquina. Si es Así: Bienvenidos Free Rider a la Facu!!! …”

Estoy de acuerdo con los tres primeros párrafos. Pero me hace un poco de ruido el último. Y me hace ruido porque, justamente, un Free Rider no pierde el tiempo. Jamás. No creo que sea correcto definir como Free Rider a aquella persona que pierde el tiempo en la facultad y escuchar a un profesor en lugar de tomar una cerveza y drogarse en la esquina.
En este sentido, creo que un “Free Rider Universitario” sería aquella persona que se beneficia de algo privado y lo toma como público (tratando de obtener ventaja). Me explico mejor, comenzando por el principio.

En economía, un Free Rider es una persona que recibe un beneficio por el uso de un bien o servicio sin pagar por él. Muy simple.
Pongamos un ejemplo sencillo: Si te ofrecieran alumbrar la cuadra de tu casa a un costo de $1.000.- pagaderos entre tus 9 vecinos (de forma tal que estaría pagando cada uno $100.- por la iluminación de la cuadra)… ¿Qué harías?
Podrías pagar o no pagar. Si pagas y todos pagan, el problema está resuelto. Pero si alguno de tus vecinos (o vos mismo) decide no pagar por el servicio, estamos en problemas. Existe la posibilidad que si uno no paga, otro de los vecinos se haga cargo de la erogación (y, en lugar de pagar $100.-, pague $200.-). Sin embargo, el vecino que no pagó se va a beneficiar por la iluminación ya que no pueden iluminar toda la cuadra sin hacerlo en su terreno.
De esta forma, la provisión de bienes públicos (que son aquello que no excluyen a nadie, por definición) debe ser provista por el Estado. Y lo tiene que hacer, porque una empresa privada no lo haría (o, si lo hace, lo haría a niveles sub-óptimos).

Con esta introducción, podríamos continuar.
Suponiendo que todo lo dicho arriba es correcto, un “Free Rider Universitario” en la UBA (o cualquier otra Universidad Pública) sería –casi- una contradicción.
Un sinónimo, sería, algo así como un ventajista. Con lo cual, para terminar, entiendo dos cosas:

1-       El Free Rider no pierde el tiempo.
2-       No es apropiado, sin conocer cada caso particular, decir que una persona es Free Rider porque asiste a una Universidad en lugar de tomar una cerveza.

La apreciación no contradice a lo que piensa Larry sobre los Free Riders. En su primer párrafo ya dice que no existen. Solamente, me pareció un ejemplo poco feliz la validez de su hipotética existencia.

Espero que Cachanosky no lea a Larry… Para él, todos los argentinos queremos ser Free Riders.
¿Qué? ¿No me creés? Tomá!

Atenciosamente,